EL DERECHO DE VIVIR... SIN MIEDO.

Como ser humano peleo aún  por mi derecho para vivir...  Por sentir esa felicidad que  no conocí... Mi vida fue robada y jamás  re...


Como ser humano peleo aún 
por mi derecho para vivir... 
Por sentir esa felicidad que 
no conocí...
Mi vida fue robada y jamás 
recuperaré el tiempo, 
que perdí. 
¿Entonces cómo puedo
deshacerme del miedo? 
¿Porqué las sombras no se 
disipan y la espesa niebla  
me impide hacer que mi 
caminar sea más tranquilo  
y mis pasos más seguros?
¿Porqué no me deja ver el 
suelo que piso?

Voy a tientas... 
Y esa niebla que nubla mi 
razón no me deja ver por 
dónde voy... Y al no ver bien... 
El terror me sobrecoge;
mi piel se eriza y mi
mente juega con mis 
miedos, haciéndome,
Creer que él aún me persigue.
Mis ojos muy abiertos tratan 
de ver más allá de esa niebla, 
mi oído está presto a cualquier
ruido...
Quizá corra como siempre 
y me caiga una y otra vez, 
levantándome, sin ver mis 
 heridas y la sangre que por 
mi cuerpo se desliza.

Fue mucho el tiempo en el 
cual vagué por esa niebla... 
Que hasta mi razón se embotó.
No... 
No fue ciencia ficción, 
ni una telenovela, y así 
como yo sufrí;
yo sé que muchas mujeres
corren, literal o metafórica, 
pero corren para salvar 
sus vidas; en medio de 
esa misma niebla y con  
el mismo terror, 
temiendo lo peor...
No... 
Al contrario de lo que 
muchos piensan...
la muerte no es lo peor...
Lo peor es sufrir todos 
los días el mismo horror.
La muerte es algo que 
yo esperé y nunca llegó...
Día con día abracé esa
 ilusión, morir era lo 
único que en ese tiempo 
deseé, como única 
salvación.
Hoy... 
Me revuelco en lo que 
deseé en esos días,
 meses y años.
No... 
No era por cobardía, era 
por el intenso dolor que 
invadió mi ser en completa 
agonía... 
Ahora...
Es absurdo creer que al 
ser rotas las cadenas.
Ya no arrastraré otras
cadenas...
Las del recuerdo que
para siempre me marcó,
no solo el corazón...
También a... Mi mente antes lúcida 
para no cometer un error,
y poder sobrevivir a ese 
peligro inminente.
Ahora mi mente está turbia 
y no me permite 
razonar... 
Qué es lo que voy a hacer o 
qué es lo que no me conviene
hacer.
Mirando el lado positivo del 
futuro que no puedo aún 
alcanzar.
Verme al espejo y al no 
encontrar mi cara en él...

Porque sigo sintiendo lo mismo... 
Que soy nadie...
Porque... ¿Quién soy yo? 

Que ya ni en el espejo me 
puedo encontrar.
Y no es que haya desaparecido
es...
Que esa persona que ahí veo
simplemente, no es mi reflejo.
En lo único que coinciden es; 
en esa infinita
tristeza que en mis ojos se 
refleja, y en mi boca, que
alguna vez tuviera sonrisa; 
la amargura y la decepción.

Cambiaron esa sonrisa, 
y que ahora es solo una
mueca que refleja su dolor.
Mi cuerpo que fuese el de
 una otrora reina y que,
Antes de que sucedieran
todas estas cosas...
Ella vivió en la opulencia...
Pero que ahora es una guerrera  
llena del polvo del camino;
y que hoy se debate ya no 
en su sangre... 
Sino en su propia miseria...
Eso es lo que le quedó después, 
de vivir esa cruenta guerra.
No voy a negar que cada párrafo 
de la poesía de mi vida, la escribí 
con los ojos llenos de llanto.

Esas lágrimas que junté, por tanto,
y tanto tiempo, hoy fluyen sin 
control y las dejo que se deslicen
por mi cuerpo.
Antes le negué a mis ojos
el derecho de verter una
sola gota que, denunciara 
mi quebranto. 
Mi adversario me vio altanera, 
soberbia, como una reina que 
nunca mostró su pena...
Sí... Soy soberbia y altanera... 

Y no me enorgullezco de serlo; 
pero esas actitudes me ayudaron 
a sobrevivir.
Cuando él se fue a dar cuentas 
a su creador y dónde más tarde 
que temprano he de dar cuentas  
yo... 
¿Me siento culpable,
de no perdonarle aún?
Porque tengo la duda... 
Si lo perdoné... 
¿Por qué no puedo olvidar el 
horror que me hizo vivir?  
¿Por qué mi corazón se envolvió 
 en una tonada triste?
  ¿De una victoria que me ha
dejado desolada? 
Y mi corazón late tan suave 
y lento, como presintiendo el 
peligro que al parecer ya se
terminó.

 Y así...
Los recuerdos me envuelven y...
Me muerden el corazón, 
de la misma manera, que; 
en una ocasión, una serpiente 
la mano me mordió...
Sí... Fue algo literal, porque
Él fue como una serpiente y
me mordió en la mano que
de una forma generosa le tendí.
 
Esa mano que generosa se 
le brindó.
Y el veneno que inoculó
en mi ser; es ese miedo 
que a mi razón pierde, 
porque...
Seguir viviendo con miedo; 
día con día y tener
pesadillas de su crueldad a 
la  que sobreviví...

Aunque en la terapia se diga, 
que esas pesadillas...
Son la indicación del progreso 
a esa cura, que mi interior
necesita.
Hay algo que...
Me llena de rabia y coraje...
¿Qué se creyó ese  hombre, 
que me hizo tanto sufrir?
¿Por qué deseé morir para 
ya no soportar el dolor? 
¿Porqué no se me borra  
el recuerdo de esas 
cicatr
Que en mi alma dejó?
Mucho tiempo quise 
no ser yo... 
Quería ser cualquier mujer... 
Menos yo... Y...
Soñé con la felicidad... 
Como si fuese una fantasía,  
porque para mí, la felicidad,
simplemente no existió...
Si no hubiesen nacido mis 
bebés, me habría dejado morir; 
ellos fueron el ancla que me 
aferró a existir y a resistir. 
Ellos fueron la gota de miel 
que bebí en medio de la 
amargura que me envenenó 
el alma...
Y la única compañía
en mi terrible soledad...
Estando yo en medio
de tanta gente caminando 
a mi alrededor....

Que para mí, esa gente  
no existió.
En medio de mi dolor... 
Yo me negué a verlos... 

Y siendo yo como un espectro, 
por eso quiero creer  que ellos 
no me notaban a mí, o no veían
que estaba yo ahí, o si no me 
querían ver...
Tomé entonces una decisión...
No volteé a verlos, tampoco yo.
Al irse él para no volver 
jamás... 
Todo pareció terminar... 
Fue entonces cuando me
me di cuenta...
Que apenas comenzaba,
el más doloroso proceso...
Y...
Está muy lejos el lugar que 
quiero encontrar ...
Un lugar donde pueda vivir
sin miedo y recuperar esos
derechos que un día perdí.

Copyright
Derechos reservados
Escrita por Ely.Rmz


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